domingo, 13 de abril de 2008

Caminos de pueblo


Atardece. En el cielo y después de la lluvia... nubes grises, nubes blancas, grandes claros y hacia el este, el arcoiris.
Y un camino. Sale del pueblo dejando las tapias del cementerio a la izquierda.
El silencio. Que se rompe al llegar donde las vacas, sus cencerros te acompañan, sus miradas lánguidas te siguen y el toro protector de la manada te reta a que te alejes. Él no sabe que soy Tauro y no me asusta, da un bufido, insistente, le sonrío, hago foto y luego sigo.
El nogal ya apunta hojas, muy pequeñas. En sus ramas aún desnudas el concierto de la tarde se apresura; y se entremezclan los sonidos de "ñervatos", de papinas y jilgueros de las pegas y los cuervos y en lo alto, sobre el cielo, las gaviotas. No voy sola.
El camino, piedras, barro, algún charco, va entre murias, altas murias tapizadas con el musgo, flores rosas, flores blancas, diminutas.
Los olores de la tarde, aire puro, tierra mojada, infancia recordada.
Entro en el pueblo vacío, oigo risas y a la vuelta de un recodo unos niños, niño y niña y un gato blanco y tras la muria caída, una vaca, negra y blanca, muy grandota, muy hermosa, apoyando su cabeza en una piedra y la mano del niño la acaricia. Él me dice: " no sé qué tiene esta tonta. Serán mimos." Yo sonrió y luego sigo mi camino. Obscurece.

2 comentarios:

La oveja magenta dijo...

Aun a riesgo de caer en el tópico y teniendo en cuenta que, al menos en Occidente, vivir en un pueblo ya no es más el aislamiento o el retraso, ¡eso sí que es vida!
Necesito pueblo y campo como nunca antes los había necesitado. Verde de árboles, de hierba y arbustos. Azul de cielo, de ríos y arroyos. Arcoiris de flores e insectos. Sinfonía de olores animales y vegetales. Incluso a riesgo de desnucarme a base de esturnudos en un ataque de alergia, ¡lo que yo daría por unos días en el campo! Besos.

La oveja magenta dijo...

Creo que en unas horas llegarás a Montevideo para estar con la niña. Dentro de unos meses, espero hacer el mismo camino. Imagino que por un par de semanas no tendremos noticias tuyas, pero sí que espero una suculenta crónica del viaje a la vuelta. Y si puede ser con fotos, mejor.
Por cierto, me tiene la Mari intrigada con eso de que por esos lares le añaden aceitunas a la mayonesa. Ya me dirás. Soy una entusiasta de la gastronomía. Sobre todo, de la que no conozco.
Un besote y buen viaje.