domingo, 9 de octubre de 2011

a veces, en Octubre....









¿Cómo escribir del otoño sin caer en la sensiblería de la adjetivación más tópica?. Evitar esos:...cromatismo de los bosques,...otoño, envidia de los pintores...., neblinas que esconden tu alma....


Podemos ver el otoño como la metáfora de los años de la madurez, de la nostalgia de una época más "feliz", suponiendo que nos guste la lluvia de la primavera y los calores del verano o suponiendo que fueron más felices las zozobras de la adolescencia y las incertidumbres de la 1ª edad adulta.


Quiero reivindicar el otoño como época del sosiego.


De la recolección maravillosa de higos, nueces, avellanas, manzanas y sobre todo de vivencias, de momentos especiales que llenen tu vivir.


Hay belleza en el otoño.


Con abrir los ojos y mirar alrededor puedes descubrir un mundo que se apaga lentamente desde un estallido de color.


" cuando nada sucede,

y el verano se ha ido,

y las hojas comienzan a caer de los árboles,

y el frío oxida el borde de los ríos

y hace más lento el curso de las aguas;

cuando el cielo parece un mar violento,

y los pájaros cambian de paisaje,

y las palabras se oyen cada vez más lejanas,

como susurros que dispersa el viento;

entonces,

ya se sabe,

es lo que pasa:

esas hojas, los pájaros, las nubes,

las palabras dispersas y los ríos,

nos llenan de inquietud súbitamente

y de desesperanza.

No busquéis el motivo en vuestros corazones.

Tan sólo es lo que dije:

lo que pasa." ( Poemas elegíacos, Angel González).

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