sábado, 19 de julio de 2008

Maternidad


Hoy hace 26 años cumplí una de las más antiguas leyes de la naturaleza: dí a luz, parí, fuí madre de una criatura resbaladiza, pegajosa, ensangrentada y que gritaba con ganas. Mis manos y mis brazos la aferraron, su carina la abarcaba con mi mano y su cuerpo chiquitín palpitaba con fuerzas buscando la vida. Y a partir de ese momento mi yo se transformó, nunca más sería un individuo único, a partir de ese instante sangre de mi sangre latía en otro cuerpo, otro espíritu se empezaba a formar, a buscar su propia identidad.

Y aquí estoy espectadora feliz y con la nostalgia de no poder achucharla en persona pues un océano nos separa, pero como sé de su enorme imaginación me quedo tranquila pues el abrazo que le mando sé que lo siente.

Tu madre que te quiere como hace 26 años

3 comentarios:

MaríaT dijo...

Joooooo
No puedo decir nada, gocha... ¡GRACIAS!

La oveja magenta dijo...

A las buenas madrugadas.
Vamos a ver, vamos a ver...
Tenemos un problema aquí: ¡te echo de menos! Sí, te echo de menos.
Y la cosa es que pedirte que actualices tampoco me parece justa del todo, teniendo en cuenta el estado de abandono al que he condenado mi propio blog.
Así que, te propongo un trato: tú actualizas, yo actualizo y así, dejo de echarte de menos para disfrutarte otra vez. ¿Sí?
Otra cosa: ando pensando en ir a Asturias la próxima semana, aprovechando que tengo cuatro perrucas y que de trabajo ando demasiado relajada. ¿Estarás por allí?
Y más: ¡Enhorabuena!, Camino completado en la tercera etapa. Qué gustazo debe dar.
Y por último: la estancia con tu hija fue, como no podía ser de otro modo, increíble. Toda calidez, todo sonrisota, todo felicidad. ¡Qué hija tienes, qué tesoro! Enhorabuena por eso también.
Sobre el trato, tú me dirás qué te parece. El caso es que yo te echo de menos.

Besote grande grande

La oveja magenta dijo...

Pero mujeeeeer :(