viernes, 4 de abril de 2008

Mantener vivos los sueños

Hace mucho, mucho tiempo, yo tuve 12 años; en aquella época apareció del otru llau de la mar un hermano de mi abuela, hacía más de 50 años que no se veían:
Las penurias de aquellos años y una guerra enterraron en el fondo de un arcón la dirección de aquel hermano. Pero los afectos que permanecen siempre en el fondo del corazón hicieron que mi abuela rebuscase y encontrase aquel sobre amarillento con una dirección. Yo fui la cómplice amanuense que escribió aquella carta a una casa en la que era muy posible nadie supiera nada de aquel señor....
Al cabo de las semanas, llegó contestación, José vivía, tenía dos hijas, cuatro nietos, estaba jubilado y tenía unos pesos para poder venir a su tierra, a ver a su hermana y a conocer a todos.
Era entrañable, cariñosísimo, a mi me dió la dirección de una nieta, un poco mayor que yo, Mª Elisa, empezamos a escribirnos, cosas de niñas, cosas de adolescentes, los primeros novietes, los años de la facultad, años convulsos aquí y allá. Largos silencios cuando se tuvo que escapar a Uruguay y a Brasil, los tentáculos de la despiadada dictadura no descansaban...
De repente un sobre de correo aéreo, ahora estamos casadas las dos, ella tiene dos bebitas, yo ya tengo tres y la correspondencia se activa, ella escribe 4 y 5 folios, me hace análisis políticos, me describe la situación socio-económica del país y siempre al final el deseo de vernos algún día.
Por su parte el deseo se cumplió por dos veces, en el 99 y en el 05.
Mi sueño seguía vivo, pero había que esperar y hoy en este momento en el que escribo mi hija está embarcada rumbo a Buenos Aires, en unas horas estará con mi prima y sus hijas y harán planes para dentro de 20 días, pues en esas fechas estaré cruzando el charco, rumbo primero a Montevideo pero con la intención de cruzar el mar de Plata y pasear por "Palermo" y acercarme a ver las casitas de colores de la "Boca", tomaremos mate y charlaremos, charlaremos sin descanso...
Mantener vivos vuestros sueños...si los deseáis con todas vuestras fuerzas es posible que se logren.

2 comentarios:

MaríaT dijo...

Pasearemos, charlaremos y lo que haga falta!!!!!
Besitos

La oveja magenta dijo...

Te recomiendo, y a la Mari también, por supuesto, una serie de televisión que pasó sin pena ni gloria y que creo, se convirtió para siempre en mi favorita. Tanto insistí en la pena de que los programadores no me hubiesen dejado pasar del tercer capítulo, que una amiga me la regaló en DVD, y está por ahí, girando entre mis amigos, que saben que no descansaré hasta que la vean. Se titula "Vientos de agua" y fue un fracaso absoluto de audiencia tanto en Argentina como en España. Supongo que porque el público necesita escenas trepidantes y las necesita ya. O chistes de moda. O nada más que desinhibición. Si puedes verla, te la recomiendo, porque a medida que leía tu relato, iba recordando escenas de la serie. Si a mí me emocionó sintener los vínculos con la otra orilla que tú tienes, para ti será una maravilla.
Según me ha dicho mi padre, tenemos unos primos en Buenos Aires a los que hemos perdido la pista totalmente. Sin embargo, yo desconocía esto hasta hace poco, y aun así, la otro orilla me atrae con poderosísima fuerza desde que era pequeñísima, igual que a mi madre, inexplicablemente.
En el cole y en el instituto, cada vez que teníamos la oportunidad de escribir un relato libre, yo dejaba volar la imaginación y escribía mis viajes a Buenos Aires e incluso a veces, hasta una vida allí.
Después, llegó el tiempo de las promesas rotas: "Antes de los 20, iré". "Antes de los 23". "Antes de los 25". Ahora, a unos días de cumplir 27, el sueño postergado mil veces se ve cada vez más cerca. Y todo gracias a mi amiga María (creo que acabo de descubrir que es tu hija).
Y a medida que la hora se acerca siento una emoción y una libertad infinitas. Creo que lloraré cuando baje del avión en Ezeiza. Creo que lo haré en General Paz y a la sombra de alguna vieja fachada en corrientes o en la Boca.
Disfrútalo tú al máximo y ya nos contarás. Besos mil.