lunes, 5 de noviembre de 2007

Colores


El color acerado del frío en la mañana, deja paso al azul intenso, tan intenso al mediodía que parece diluirse.
En el valle el rojo carmesí de las viñas alterna con los marrones, amarillos y algún verde y muy pronto cuando las hojas sean barridas por los vientos quedará en pie el negro retorcido y torturado de los troncos.
Vas subiendo y el bosque de castaños te envuelve como un sueño, tus pisadas, amortiguadas por un manto de hojarasca se adentran bajo ramas cargadas con su fruto; el silencio se rompe de repente y un erizo a punto de explotar cae contra el suelo y expone ante tus ojos extasiados la belleza de la castaña. La luz del mediodía invade con sus rayos la quietud del bosque de castaños.
Hoy, ya en casa, disfrutamos las castañas que un berciano nos regaló y sentimos que al comerlas cumplimos con un rito muy antiguo.

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