domingo, 3 de febrero de 2008

AGUA


Agua que nos une, agua que nos separa; siempre constante, siempre presente.
Su fuerza horada la roca más dura, el acantilado se yergue ante ella. Se desmorona.
Refleja la belleza del último rayo de sol.
Las encinas, en el río, ven impasibles el paso del tiempo.
Aguas antiguas formaron los Lagos, nuestras miradas de agua extasiadas.
Aguas de ahora, asesinas de pueblos, de fauna, de historias...no saben su culpa y lucen su belleza enmarcadas en la inmensa caliza.
Las aguas del Dobra descienden de los últimos rincones casi vírgenes y el verde esmeralda te invita a darte un bautismo de vida.
Aguas que somos y aguas a las que iremos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Inspirador!!

Un saludo desde Bilbao